El circuito de Mayores de la Federación Regional de Golf del Sur tuvo un año intenso de actividad, competencia y confraternidad que finalizó en diciembre en el Llao Llao. En ese contexto, se conocieron los campeones de las categorías individuales 2022, aquellos que lograron destacarse en cada una de las seis categorías que tiene el circuito.
En la categoría de Caballeros de 20 a 28.9, el bicampeón es Ángel Eduardo Hernández de Los Tamariscos Golf Club. Se trata de uno de los pocos golfistas que logró mantener la punta durante el segundo tramo del torneo. En el caso de Hernández, fueron fundamentales el segundo y primer puesto obtenidos en San Martín y Santa Rosa, respectivamente. Luego, los puntos que logró sumar en Bahía, Neuquén, Tres Arroyos y Bariloche le permitieron mantener la diferencia con quien fue el subcampeón de la categoría: Jorge Piegari, también de Los Tamariscos. De hecho, los primeros cinco puestos de esta categoría pertenecen a Los Tamariscos.
“Desde la segunda fecha, fui el líder de la categoría. Por suerte pudo confirmarlo en Bariloche. Este fue un año muy especial para mí, muy motivador. Para uno es un esfuerzo económico, pude estar en las siete fechas. Solamente en una fecha no pude sumar, que fue en Sierra. Y por supuesto la determinación en tratar de aprender, de ver, de entrenar. Yo llevo cuatro años jugando al golf nada más. Es muy especial para mí y mi familia. Y, por la gracia de Dios, en los primeros puestos. Salir campeón dos años seguidos es impresionante”, aseguró. Y agregó: “Quiero agradecerle a toda la Federación, siempre están ahí para consulta, para cualquier cosa. Y quiero agradecer a aquellos que muy generosamente me llevan en sus vehículos. Y también aquellos que me llevan los palos en la caja de sus autos o camionetas. Les estoy muy agradecido a esos compañeros de Tamariscos. Estoy muy orgullo de mi club. Hay mucha camaradería, compartimos mucho y es muy especial”
Hernández se relacionó con el golf de una forma bastante particular. Ángel tiene 59 años y comenzó hace poco más de dos años a jugar al golf. Su vecino en una zona de chacras de Trelew es el también líder Alberto Martínez. “Yo escuchaba siempre el ruido de palos de Alberto practicando. Pero, un día, estaba limpiando unos vidrios y mi perro hacía lo posible para lo que saque a pasear. Fue ahí que me encontré con Alberto y me empezó a incentivar con la posibilidad de empezar a jugar. Él me decía que era un deporte en el que jugabas contra la cancha”, recuerda Hernández. Acto seguido, en plena zona de chacras, Alberto le improviso un driving para que Ángel se relacionara inmediatamente con el deporte. “Recuerdo que me dio un Sand y me dice ‘dale, tirá’. Agarré el palo pero le empecé a pegar a la tierra todo el tiempo. Le dije que tenía miedo de romperlo, pero me dejó un cajón con 50 pelotitas, el palo y una alfombrita y empecé a practicar. Así arranque”, cuenta.
A partir de allí su relación con el deporte más hermoso del mundo no hizo más que intensificarse. Se matriculó y cuando se vecino y amigo Alberto lo convenció de ir a Chapelco el año pasado para el circuito de mayores de la Federación Regional de Golf del Sur, ganó. “Me gusta mucho ir al circuito. Cuando el trabajo me lo permite, no lo lo dudo. Las canchas son hermosas, se puede compartir con amigos y, desde Tamariscos, viajamos con un grupo muy lindo, muy humano. Me encanta salir al circuito a compartir”, explicó.
Sin embargo, la relación de Ángel con el golf tiene un objetivo muy especial y nada tiene que ver con lo deportivo. Él es cristiano evangélico y, según cuenta, está seguro que Dios no lo “llamó” para ser jugador de golf”. “Dios me llamó para predicar el evangelio a los que practican y están en este deporte. Yo les estoy hablando de Jesús. Dios me llamó para que ellos puedan conocer a Jesús”, aseguró. Cada vez que juega, Hernández marca su bola con una referencia a un texto bíblico. En Bariloche, marcó la que iba a jugar con “Juan 3:16”. “Jugué el mejor partido de mi vida”, dice.
“Yo soy 30 por ciento habilidades y el 70 por ciento restante lo hace Dios. Yo dependo de él, que me ayude. Por eso cuando hablo de golf, siempre dejo mi mensaje y cuando voy a los torneos voy confiado. Antes de empezar hago una oración para pedir que bendiga al lugar y a los que participan”, finalizó.