El 78º Campeonato de la FRGS dejó historias importantes para contar, incluido un hoyo en uno. Sin embargo, se dio una situación muy particular ya que el ganador del Scratch utilizó 143 golpes gross para completar las dos rondas mientras que el ganador en Profesionales empleó 144, uno más, para las dos jornadas.
El ganador del Scratch y mejor score del torneo (incluido los mencionados Profesionales) fue Santiago Dalla Vía, del Jockey Club Santa Rosa La Pampa. Con +1 de hándicap, cerró con 72 golpes la accidentada vuelta del sábado (por lo climático) y 71 la ronda final del domingo.
“El sábado fue un día atípico porque ya en el green del hoyo 1 nos cayó piedra. Pensé que con el viento iba a estar difícil, por eso me propuse jugar de forma inteligente y ejecutar golpe a golpe. Definitivamente, un golpe malo me podía perjudicar mucho. Así que traté de jugar lo más defensivo posible, bajar las manos y me fue muy bien con el drive. Fue una ronda sin errores”, explicó. Y, en la ronda final, llegó el momento de arriesgar para Santiago: “Estaba muy lindo el día y decidí atacar los par 5. Yo jugué al par pero cuando se me daba la posibilidad de atacar, lo hacía. Y, por suerte, resultó muy bien”.
Santiago Dalla Vía tiene 37 y su historia con el golf comenzó cuando su abuelo, con apenas unas horas de vida, ya le dejó un palito de golf en la cuna. “Aún lo conservo”, cuenta. Padres, hermanos, tíos, primeros y cualquier otro parentesco posible para Santiago era sinónimo de golf. “A mí me encanta hacer deporte y jugué al golf y al fútbol, aunque priorizando el fútbol”, dice. Sin embargo, a los 18 sufrió una grave lesión en la rodilla que le impidió seguir con deportes de impacto. “A los 20, cuando me recuperé, empecé a jugar más al golf”, relata. Antes de eso, llegó a representar a la FRGS en torneos nacionales y en interfederativos.
“En 2019, me propuse dejar de jugar por dos años porque mi señora estaba embarazada y hasta que se estabilizara la situación de ser padre y terminar la casa nueva. Hace un año volví a jugar, retomé mi situación como socio del Jockey Club y hoy me lo tomo para disfrutar, no por competencia sino para pasar un rato en familia y con amigos”, relata. Y agregó: “Hice una promesa de jugar tranquilo y que no pasa si pego un mal tiro. Siempre jugué 1, 2 o 3 de hándicap pero un tiempo atrás me dejaron +1 y pensé que me iba a presionar mucho. Pero con esta nueva filosofía de no enojarme y no replantearme errores, me está yendo bien. Me di cuenta que tenía que jugar así”.